En la foto Frederich Cepeda está contemplando el home plate del estadio Cándido González, de Camagüey, mientras los locales disponían de un nuevo lanzador que fuera capaz de impedir que botara por tercera vez, aquella tarde, la ya extinta Mizuno 150. La instantánea la capturé durante la serie 51, la última con estructura de 90 desafíos o más por selección.
En su primer turno al bate, el 24 de Sanct Spíritus la había mandado de línea sobre los 356 pies a la zurda, y en el segundo le había descargado toda su fuerza a una curva alta desde el cajón de enfrente. Segundos más tarde a la imagen, daría una nueva vuelta al diamante, otra vez gracias a su mano “equivocada”. Seguir leyendo