Por Fidel Alejandro Manzanares
Mientras los americanos planeaban mover su embajada de Tel-Aviv a Jerusalén y un comité decisor sacaba la bandera rusa de los próximos Juegos Olímpicos de Invierno en la Corea exportadora de novelitas cursis, nosotros, los periodistas deportivos cubanos, nos creíamos que el Torneo Nacional de Softbol de la Prensa era el centro del mundo. Seguir leyendo